viernes, 10 de noviembre de 2017

DOLOR DE CUELLO Y ESPALDA EN BICI


Bicicleteros hablo con muchos ciclistas, y a menudo se quejan de dolores en las manos, espalda, cuello, rodillas cuando salimos a disfrutar de nuestra bici, y por eso he decidido hablaros de ello en este artículo.




La postura que adopta el ciclista sobre la bicicleta, hace que la disposición de todas y cada una de las vértebras se vea alterada, implicando directamente a todos los elementos que forman parte de la citada estructura. En consecuencia, los músculos paravertebrales, articulaciones, ligamentos, discos, etc. cambian absolutamente su forma de trabajo comparándola con la posición más natural y habitual como ha de ser la de bipedestación.

La posición sobre la bicicleta, y más aún cuando buscamos un mejor acomodo aerodinámico, provoca que se incremente la tensión y el trabajo muscular y ligamentoso de toda la parte posterior de la columna vertebral, especialmente en la zona lumbar y cervical.
La zona lumbar invierte radicalmente su disposición, alterando su curvatura fisiológica (lordosis).
Por otra parte, la zona cervical trabaja sobremanera, ya que nos vemos obligados a impulsar hacia atrás la cabeza para no perder el contacto visual con la carretera, al inclinar nuestro tronco hacia la zona del manillar con el objetivo de reducir la resistencia aerodinámica e incrementar nuestras prestaciones.
Todos estos esfuerzos se ven dimensionados exponencialmente, debido al elevado número de horas que mantenemos al organismo sometido a este estrés.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta cuando montamos en bici es la talla de esta, debe ser la correcta para nosotros, es como salir a correr con una zapatilla que nos queda pequeña, o nos queda grande a nadie se le ocurre ¿verdad?, pues con la bici es igual, una vez que sabemos que tenemos la talla correcta, debemos fijarnos en el sillin y en el manillar, ya que si la potencia es demasiado larga, dolerá el cuello y los lumbares o zona de los riñones, al igual que si el sillín lo tenemos excesivamente echado para atrás.
Si los calas de los zapatos no están correctamente ajustados, en la rodilla y en la parte trasera de ésta aparecerán molestias. 
Tenemos que encontrar nuestra postura más cómoda en la bici, y para ello podemos ir adaptando la altura del sillin, el manillar, buscando una potencia más corta si fuese necesario, yo personalmente he tenido que ir adaptando todas las bicis que he tenido a mi, y casí siempre he cambiado la potencia por una más corta y más alta, y un manillar de doble altura, ya que ahora se lleva mucho el manillar recto, y he notado mucho alivia en la zona cervical.

Por otro lado, dado que los músculos del abdomen permanecen relajados mientras pedaleamos y que hay desequilibrio entre éstos y los músculos de la espalda puede dar origen a dolores en ésta última, no debemos olvidar trabajar los abdominales, y relajar la musculatura paravertebral siempre como parte fundamental del entrenamiento en bicicleta.
Recuerda que la musculatura flexora de la cadera está fuertemente solicitada en este ejercicio y su falta de relajación también puede agravar los dolores de espalda.

Resumiendo, os ennumero algunos consejos para aliviar la molestias o dolores:

  1. Cambiar regularmente la posición que adoptamos sobre la bicicleta. Podemos modificar, siempre que tengamos la oportunidad, por ejemplo el grado de inclinación de nuestro tronco, tratando de pedalear incluso si las condiciones lo permiten, algunos segundos erguidos, es decir sin manos.
  2. Un sillín excesivamente retrasado, hará que el grado de ataque de nuestra cadera sea más exigente, obligándonos a someter a nuestra zona lumbar a un esfuerzo de extensión adicional. 
  3. Un manillar demasiado bajo, al igual que en el apartado anterior, incide negativamente en la zona lumbar. 
  4. Un sillín demasiado bajo, impide que la pierna se estire lo necesario para evitar que, sin darnos cuenta, rectifiquemos la cadera empujándola hacia atrás, buscando ese hueco que necesita. 
  5. Por el contrario, un sillín muy alto, obliga a la cadera a balancearse constantemente, pudiendo provocar un dolor importante en la zona lumbar. 
  6. Las dismetrías entre ambas extremidades inferiores provocan un balanceo lumbar muy dañino para nuestra columna. Ante la más mínima sospecha de tener una extremidad más larga, acudir al especialista para que busque la solución (generalmente plantilla) más idónea para su compensación. 
  7. Estirar regularmente tras el entrenamiento, no sólo las piernas, sino la columna, especialmente en su zona lumbar. 
  8. Al igual que nos masajeamos las piernas, solicitar el terapeuta, que trate unos minutos de descargar la tensión que a buen seguro tenemos en la zona lumbar, sin olvidar la musculatura de los glúteos. 
  9. Compensar el trabajo que hacemos en la parte posterior de la columna mientras pedaleamos, ejercitando un par de veces por semana, la musculatura abdominal.
Haz deporte sobre tu bici, pero sobre todo disfruta y mucho, nos vemos pedaleando bicicleteros.

Espero que os haya sido de ayuda este artículo, así que si os ha gustado darme vuestro Like en mi página de facebook, La bici de Liz, y compartir con vuestros amigos para que a ellos también les sirva. 


Información sacada de 
Bikeandbreakfast.es
D+SF
Vitónica

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